abril 2009


El constante uso de los combustibles convencionales años tras año está generando que poco a poco sea más difícil y más caro conseguir combustibles fósiles como el petróleo para el transporte. Desde hace unos años atrás se emplean los biocombustibles que son aquellos combustibles procedentes de la biomasa, es decir organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos.

Pese a este uso, los departamentos de investigación no dejan de trabajar en la búsqueda de unos combustibles que no generen gran contaminación y de los que se tengan recursos suficientes para abastecer la demanda actual en los transportes.

Los ojos se han fijado en la propulsión eléctrica para los vehículos, de esta forma estamos ante una energía que reducirá las emisiones de CO2 al ambiente, y del consumo de combustible. ¿ Nos encontramos así, con la solución definitiva para mejorar la actual situación que se está viviendo con los combustibles, o simplemente es un parche que no llegará a las expectativas deseadas?

El tiempo estimado para poder ver vehículos de este tipo por las calles y de forma continua está entre unos 15 o 20 años, en los que nuestras calles tendrán coches de propulsión eléctrica; no sin antes haber podido contar con los coches híbridos de combustible tradicional y electricidad.

Año tras decenas de hectáreas forestales sufren las consecuencias del temido fuego. El pasado 1 de abril entró en vigor, un año más,  la norma que prohíbe la realización de fuego al aire libre. La prohibición se establece desde el día 1 de abril hasta el 15 de octubre, y abarca todos los terrenos de monte, así como aquellos que se encuentren en una franja de 400 metros alrededor del monte.  Este plazo queda ampliado para la quema de la agricultura del olivo que se puede realizar hasta el 31 de mayo.

Desde el pasado día 1 está prohibido realizar fuego con combustibles que generen residuos, e incluso si la acción se desarrolla en un lugar habilitado para tal acción, como las barbacoas. Para el empleo de otros combustibles se adoptarán medidas de precaución.

En lo que llevamos de año y por consecuencia de la meteorología más favorable que ha hecho este invierno, se ha conseguido una reducción de los incendios forestales. Entre enero y febrero de este año se han producido 30 incendios, afectando a 24 hectáreas, frente, al centenar de incendios que se produjeron el pasado año, afectando a 113 hectáreas.

Pese a la prohibición establecido decenas son los agriculturas y particulares, que deciden realizar fuego a pesar de los riesgos que ello conlleva. ¿Continuará descendiendo en lo que queda de año el número de incendios forestales, o por el contrario será un año más de lamentables situaciones de peligro?

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